La U va por la corona con una goleada terrorífica.
Los azules son pura alegría. Ahora esperan rival.
Los azules fueron un carnaval y los rancagüinos un desastre. Ante una multitud, el equipo de Sampaoli trituró a los celestes y se graduó de serio aspirante al título.
A los 25 minutos del partido, cuando Gustavo Canales ponía el 3 a 1 a favor de su escuadra, Ivo Basay dejó el área técnica señalada para los entrenadores y se sentó en la banca. Se rindió. Tiró la toalla, como en el box. A partir de ese momento el "Hueso" no volvió a dirigirles la palabra a sus jugadores y siguió en primera fila el concierto que realizó la U ayer en el Estadio Nacional.
La paliza por 7 a 1 de los universitarios se explica por el altísimo nivel de Eduardo Vargas, Guillermo Marino y Gustavo Canales. Pero también por los enormes chascarros de la defensa visitante: Diego Olate y Mauricio Arias se aburrieron de regalar espacios y pases al rival.
Demasiadas garantías para un equipo que cada partido que pasa crece como la espuma. Los puntos altos de rendimiento del equipo de Jorge Sampaoli causan destrozos. A la UC en veinte minutos le dio duro hasta dejarla tambaleando, y ayer pasó por encima de O'Higgins hasta causarle la ruina.
Los azules le pusieron guarismos históricos a una victoria que obliga -en su expresión- a remontarse a 1997, en una idílica visita a Antofagasta. Esa vez, Richart Báez anotó una tripleta, y completaron Esteban Valencia, Clarence Acuña, Ricardo Rojas y Pedro González.
La U se ganó el legítimo derecho a pensar que su estrella número 14 podría llegar en pocos días.
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Con su paso a la final, la U obtuvo medio cupo a la Copa Sudamericana. Definirá ante Concepción, a fines de julio.
14
Los años que pasaron para que la U anotara siete goles en un partido. Esa vez, en 1997, goleó a Antofagasta.
8-1
La peor derrota que sufrió O'Higgins en su historia. Fue ante Cobreloa, en 1994.