Messi, en la firma de su renovación en 2013.
El partido contra el Málaga frustró la dinámica ganadora del Barça de Luis Enrique en el inicio de temporada tras vivir el primer empate (0-0) después de cinco triunfos consecutivos. El delantero blaugrana decidió que había llegado el momento de hablar con el técnico para exponerle su malestar por no tener a su lado a un jugador como Xavi, al que considera como el jugador que mejor lo conoce y el que mejor conecta dentro del campo. Luis Enrique tomó buena nota de las lamentaciones de Messi, aunque no le prometió nada.