Varios eran los problemas de YouTube, que parecen resolverse de un plumazo: el enorme consumo de ancho de banda (algo que le sobra a Google tras sus fuertes inversiones en infraestructura), la falta de un modelo de negocio rentable (Google es uno de los líderes de la publicidad online) y las disputas legales con la industria audiovisual. En el otro extremo, los contenidos multimedia son un pilar básico en la estrategia de futuro de Google, pero su servicio de vídeos no terminaba de despegar.