Nuestro planeta alterna su polaridad cada vez que completa un ciclo, unas veces los polos magnéticos de la Tierra están alineados como nosotros los conocemos ahora, y en otras, están invertidos. Esto tiene que ver con la dirección en la que rota la Tierra alrededor de su eje. Por otro lado, la velocidad de rotación es variable, y según esta cambie, los campos magnéticos se manifiestan con mayor o menor intensidad. A más velocidad de rotación corresponde un campo magnético más fuerte, y a menor velocidad de giro, un campo magnético más débil.
En el ciclo actual, el punto de máxima intensidad del campo magnético se alcanzó hace 2.000 años, mientras que en nuestros días la Tierra gira más lentamente, por lo tanto el campo magnético ha venido debilitándose, y lo hace en progresión geométrica (mientras más rápido cae, con más velocidad sigue cayendo). La paradoja es: ahora nuestros días son más largos, sin embargo sentimos que el tiempo se acorta, porque la forma como lo percibimos depende de otro factor, que es la afinación de nuestras células con el pulso de la Tierra (o Frecuencia Schumann), que ha venido acelerándose.
En una escala de 1 al 10, siendo 10 la medida de magnetismo más fuerte, en 1.996 estábamos en 1.5 y ahora nos encontramos por debajo de 1. Este indicador nos muestra que estamos en la antesala de una inversión de los polos magnéticos que, según los entendidos, ocurrirá antes de finalizar el año 2.012. Por lo pronto la Tierra seguirá rotando alrededor de sí misma cada vez más lentamente, hasta que llegue el momento en que se quedará quieta. Permaneceremos en un estado nulo de magnetismo por aproximadamente tres días y luego nuestro planeta comenzará a girar en sentido contrario. Al girar en movimiento inverso donde antes quedaba el polo norte magnético, ahora estará el polo sur; y donde estaba antes el polo sur magnético, tendremos ahora el polo norte. Hay que advertir que este cambio se da solo a niveles electromagnéticos y que no se trata de que la Tierra vaya a dar físicamente un bote de 180 grados.
Durante los tres días en que la Tierra permanezca inmóvil, la mitad del planeta quedará de cara al sol y tendrá un día muy largo y la otra mitad observará una noche prolongada. Hay narraciones antiguas que relatan una experiencia similar, y que nos hacen sospechar que esta inversión polar se vivió en la Tierra en un tiempo más reciente al anteriormente anotado. La Biblia cuenta que Josué "mandó parar el sol". También papiros del antiguo Egipto narran que una vez hubo un día muy largo en el que el sol salió primero por occidente y se ocultó por oriente, y luego, sin que mediara la noche, salió por oriente y se ocultó por occidente. Desde los antípodas en el Perú se cuenta con el testimonio de los antiguos Incas quienes, por la misma época, experimentaron una noche muy larga en la que "no hubo amanecer por más de veinte horas".
Los tres días en que la Tierra permanezca quieta serán los más sagrados que haya vivido el hombre desde su creación.
PD: por sino teniais suficiente con el LHC jeje