POR LA PUERTA GRANDE (3-0)
El Valencia regresa a la Champions tras remontar el 1-0 de Salzburgo. Morientes, Villa y Silva firman un triunfo histórico en Mestalla. 15 millones de euros, seguros
De Champions. Otra vez entre los mejores. Y por la puerta grande. El Valencia ya está donde siempre debe estar. En la Champions, donde será cabeza de serie por mucho que el cretino de Mourinho diga lo que quiera (el Valencia sabe lo que es ser finalista, el Chelsea aún no ha llegado nunca).
Era noche de sufrir y se sufrió, pero menos de lo esperado. Y ello, gracias a Morientes, que apareció a los 12' para enviar con la parsimonia de un '9' nato el balón a la red tras un despeje de Ochs a un disparo de Villa, excelentemente encontrado por Edu en la asistencia. El balón quedó muerto en el área pequeña, con un defensa como única barrera ante el gol, como lo tuvo Cardeñosa hace ya 28 años, pero Morientes no se pone nervioso, el 'Moro' tenía hambre de volver a golear en su competición... y de valencianista.
Suave toque de derecha y 1-0. Eliminatoria igualada. Los austríacos se miraban unos a otros. La duda y el miedo se apoderaron de ellos al sentir el bramido de Mestalla. El Valencia no jugaba bien, pero tenía hambre, un hambre personalizado en Villa, al que Edu volvió a encontrar para servile un balón dificil, de esos que sólo pelea bien el 'Guaje'. Carboni, el de ellos, Ezequiel para más señas, le hizo un favor a su colega valencianista (que así dispondrá de 15 millones de euros más para fichar) y tocó torpemente el balón con el brazo en su afán de evitar el control de Villa. Penalty. El Guaje lo tenía en sus manos. Derechazo raso al palo izquierdo, pero la mano de Ochs (buen portero) desvió el balón. Sin embargo, la Champions está en deuda con el Valencia y el palo devolvió mágicamente el balón a los pies del asturiano, que sólo tuvo que empujar el balón a la red para delirio de Mestalla. 2-0. Minuto 33'. Tocaba guardar la ropa.
En el cuarto de hora final, los de Trappatoni ni vieron de cerca a Cañizares. Sin lujos ni estridencias. Con trabajo y co...raje. Como Villa, que perdió dos de los tres minutos de descuento en la esquina, desquiciando a los austrícos. Al final, fueron tres a cazarlo a la desesperada y el balón le cayó a Silva, que no había estado bien, pero que es un genio, y como tal, se inventó un disparo raso, con el efecto justo para ser inalcanzable para Ochs. 3-0. El delirio. Mestalla volverá a vivir la Champions. Y ojo, que la historia nos debe una.