Huracán 0 - 1 River Venció a Huracán en Parque Patricios por 1-0, con gol de Affranchino. Aunque el equipo de Cappa mostró dos caras: en el primer tiempo, jugó y hasta pudo golear; pero en el segundo, el Globo se le fue encima y tuvo que meter, raspar y aguantar. Ortega y Almeyda fueron los estandartes de cada uno de esos momentos.Hacía mucho tiempo que River no tenía 45 minutos como los que tuvo en la primera etapa del partido de esta tarde en el Tomás Adolfo Ducó. Salvo por dos llegadas de Huracán, que abrió el período con un tiro cruzado del Roly Zárate y lo cerró con una buena jugada pero mala definición de Britez Ojeda, el equipo de Cappa casi no sufrió sobresaltos. Por el contrario, los generó, y de tal manera que bien pudo alcanzar una goleada.
A los 11, Funes Mori recibió un pelotazo frontal de Buonanotte, desbordó por derecha y tiró el centro atrás para que Facundo Affranchino hiciera delirar a los diez mil hinchas que coparon Parque Patricios. Y a partir de ahí, River fue puro fútbol: desde la exquisitez de Ortega, la claridad del pibe Affranchino (que jugó un partidazo), y las apariciones intermitentes de Buonanotte, el equipo de Cappa generó otras cuatro jugadas netas de gol.
Pero en todas ellas le faltó el empujoncito final para ampliar el marcador, y eso lo terminó sufriendo en el segundo tiempo. Es que en el complemento, Huracán salió a buscar el partido. Presionó, empujó y de a poco fue arrinconando a un River que ya no contaba con la idoneidad del Burrito ni la presencia del Enano en cancha. Entonces, el Millonario sacó a relucir su otra cara, esa que los libros del Tiki-tiki no contemplan, pero que todo el mundo avala si de ganar se trata.
Y como había que ganar, las características del buen equipo de Cappa en el primer tiempo devinieron en cortar, meter y raspar. Ortega se lo tomó muy a pecho y terminó en el vestuario, pero el que volvió a copar la parada fue el eterno Pelado. La figura de Almeyda creció con cada quite, con cada revoleo a la tribuna, y se terminó convirtiendo otra vez en el mejor de todos. Sí, ese viejo que pelea hasta cuando no le da para pelearla, volvió a relucir su condición de líder hasta terminar exhausto, tirado en el piso y buscando aire, pero festejando la segunda victoria River en el campeonato.