ESTRELLA ROJA - PARTIZAN El derbi del fuego eterno
La rivalidad entre Estrella Roja y Partizan sigue siendo una de las mayores atracciones del deporte serbio. El ‘derby eterno’, como popularmente se llama A este duelo, divide radicalmente, con pasión e incluso odio, a la afición futbolística del país. La tradición que empezó hace 59 años continúa aumentando la rivalidad entre los ‘gitanos’ y los ‘sepultureros’, que igualan en pasión a los ambientes más calientes.
Belgrado, la capital de Serbia con una población de 1,6 millones de habitantes, es un lugar donde chocan dos culturas, la oriental y la occidental, y se produce la encrucijada de los caminos más importantes del sureste de Europa. Belgrado es vibrante con todas las características de una urbe cosmopolita donde un visitante extranjero ve y experimenta de todo. Los atraídos por el fútbol también pueden disfrutar del ‘derby eterno’, el duelo futbolístico entre Estrella Roja y Partizan, los dos clubs balcánicos más importantes cuya rivalidad supera lo deportivo.
Hay acontecimientos que el tiempo nunca puede borrar. Algunos se convierten en una tradición y un buen ejemplo es el enfrentamiento entre Partizan y Estrella Roja. No hay duda de que la rivalidad entre estos clubs es lo más bonito que el fútbol balcánico ha conseguido crear en toda su historia. Uno de los primeros europeos que se cercioró sobre la emoción, la calidad y la importancia del derby belgradense fue el mítico técnico inglés, Sir Matt Busby, el hombre que forjó al gran Manchester United de los años 60.
En la primavera del 66, Busby acudió a Belgrado para espiar al Partizan, su rival en las semifinales de la Copa de Europa. El entrenador asistió en directo al clásico y se quedó impresionado: “Partizan y Estrella Roja, casi sin nada en juego, han disputado el encuentro como si se tratase de una cuestión de vida o muerte. El ambiente ha sido pura magia y no creo que haya muchos lugares en Europa donde se pueda palpar tanta emoción, rivalidad y ansias de triunfo como en Belgrado”.
Fundados el mismo año (el Estrella Roja el 4 de marzo de 1945 y el Partizan, siete meses más tarde, también un día 4), ambos tuvieron un origen totalmente distinto. A pesar de su nombre, integrado por dos símbolos comunistas por temor a las represalias del régimen, el Estrella Roja fue creado por estudiantes anticomunistas a través de la fusión de dos clubs: el Jugoslavija y el BSK. Aunque en la cúpula directiva de la entidad rojiblanca siempre se sentaron ministros y altos altos cargos del Estado, el club se caracterizaba tanto por ser una oposición silenciosa al sistema como por defender el nacionalismo serbio.
Por su parte, el Partizan (nombre derivado de los partisanos, guerrilleros yugoslavos que lucharon contra los alemanes en la Segunda Guerra Mundial) fue fundado por el Ejército como una entidad puramente militar a imagen de casos similares en otros países comunistas del Este como el CSKA de Moscú (Rusia), CSKA de Sofia (Bulgaria), Steaua de Bucarest (Rumania) o Legia de Varsovia (Polonia). Sus directivos eran generales muy cercanos al Mariscal Tito y por eso, desde sus inicios, se decía que era el equipo del régimen. Esta vinculación permitió que sus dirigentes formaran un equipazo con los mejores jugadores de esa época, la mayoría croatas (Bobek, Cajkovski, Zebec, Belin, Rupnik...). Este hecho también provocó que Belgrado no acabara de aceptar al Partizan. Los testigos de aquella época aseguran que el número de seguidores del Estrella Roja era muy superior (70-80% contra 20-30% respectivamente en los años 50). Esa relación empezó a cambiar en los 60, tras la gran racha del Partizan en la Copa de Europa, y la diferencia se redujo considerablemente (60-40% aún a favor de los rojiblancos).
Siempre cerca del rojo
En su nacimiento, el Estrella Roja utilizaba camisetas rojas, pero años después varió hacia el rojiblanco (un color tan vivo les adjudicó el apodo de cigani -gitanos en serbio-). En su primera década de vida, el Partizan usaba zamarras rojiazules, pero en 1959 pasó a utilizar las blanquinegras (la presencia del negro hizo que se les conociera como los grobari -sepultureros-). El cambio fue idea del futbolista Stjepan Bobek a quien le gustaba la imagen de la Juventus de Turín. Franjo Tudjan, en aquel entonces presidente del club, aceptó la sugerencia de Bobek. Curiosamente, Tudjam, que en aquellos años era general del Ejército, se convertiría 30 años más tarde en un ferviente independentista croata y pasó a ser el primer presidente del país. La importancia en la entidad de Tudjam es una excusa más que los seguidores rojiblancos utilizan para infravalorar la importancia y los valores de su rival.
El primer derby entre ambos clubs se celebró el 5 de enero de 1947 en un ambiente invernal con una temperatura de 14 grados bajo cero. La división entre los seguidores fue obvia a pesar de que sólo acudieron 4.000 espectadores al campo. El terreno cubierto de la nieve no impidió que los jugadores ofrecieran un partido emocionante cuyo resultado fue de 4 a 3 favorable al Estrella Roja.
Precisamente, los primeros títulos en la historia de los rojiblancos llegaron gracias a victorias puntuales contra los blanquinegros. El 29 de noviembre de 1948, el Estrella Roja se adjudicó su primera Copa tras vencer a su rival por 3 a 0. Tres años más tarde, se estrenó en un éxito liguero tras derrotar al Partizan (2-0) en la última jornada, celebrada el 4 de noviembre de 1951.
En los años 50, los grobari asumieron el dominio gracias a una plantilla repleta de grandes maestros como Cajkovski, Bobek, Milutinovic, Zebec o Belin. En esta época, llegaron sus dos victorias más contundentes en la historia del clásico: 6-1, el 17 de junio de 1951, y 7-1, el 6 de diciembre de 1953. El Partizan siguió siendo superior en los inicios de los 60 cuando conquistó cuatro ligas hasta 1965. Ese equipo, formado por leyendas como Soskic, Jusufi, Mihajlovic, Becejac, Rasovic, Vasovic, Bajic Kovacevic, Hasanagic, Galic o Pirmajer, alcanzó su cénit en 1996 con la disputa de la final de la Copa de Europa en Bruselas ante el Real Madrid (la victoria cayó del lado blanco).
Los cigani no tardaron en tomar el relevo en este pique y pasaron a dominar a mediados de los 60. El buen trabajo en los banquillos de Misa Pavic (1959-64) y Miljan Miljanic (1966-74) y la aparición de un fenomenal jugador como Dragan Dzajic ayudaron a que el número de triunfos directos de los rojiblancos (vencedores de tres ligas consecutivas entre 1968 y 1970) aumentaran. De hecho, el Estrella Roja puede presumir en esta época de dos fenomenales rachas en los duelos con su eterno rival: no perdió ninguno entre octubre de 1962 y 1967 (nueve partidos) y entre el 24 de febrero de 1971 y el 25 de enero de 1974 (13 encuentros).
Fuera de estas rachas, el 17 de noviembre de 1968, el equipo del pequeño Maracaná (el estadio del Estrella Roja tiene ese apodo por su semejanza, en la apariencia y en el ambiente, con el mítico feudo brasileño) derrotó por 6 a 1 a su gran rival en lo que ha sido su triunfo más abultado en la historia de los derbies. El tren de la superioridad de los ‘gitanos’ continuó en los años de 80 para alcanzar su culminación en 1991 cuando tocaron el cielo al conquistar en Bari (Italia) la Copa de Europa frente al Olympique de Marsella. Era el equipo de los Jugovic, Belodedic, Prosinecki, Mihajlovic, Savicevic...
Desaparece Yugoslavia
Tras la desintegración de Yugoslavia a principios de los 90, empezó la era del Partizan que no sólo suavizó su balance negativo en los duelos contra su enemigo sino que también logró acercarse en el número de ligas gracias a que conquistó ocho, por cinco de los cigani, entre 1992 y 2005.
El balance total de este clásico del fútbol balcánico demuestra una rotunda superioridad a favor del Estrella Roja. En 126 encuentros ligueros, los rojiblancos, que han conquistado 24 ligas por 19 de sus enemigos, suman 54 victorias (33 como local y 21 como visitantes) por las 33 de su rival (23 en casa y 10 fuera). En 39 ocasiones, el duelo acabó en tablas. Los del ‘Maracaná’ acumulan 193 goles a favor y 153 en contra.
El mejor goleador del clásico es Marko Valok (Partizan), que consiguió 13 tantos en 14 partidos entre 1947 y 1958. Por detrás de Valok se encuentran dos jugadores ‘gitanos’, Bora Kostic y Dragan Dzajic con nueve goles cada uno.
El astuto atacante del Partizan Momcilo Vukotic es el futbolista que más clásicos disputó (25) por delante de los rojiblancos Bora Kostic (23) y Dragan Dzajic (21). Jovan Jezerkic (años 40) y Milko Djurovski (80) pueden presumir de haber marcado en ambos bandos.
Aunque el húngaro Iljes Spic (Partizan) fue el primer técnico extranjero que participó en el clásico belgradense en los años 50, los analistas dicen que ese privilegio pertenece al alemán Lotthar Mathäus (Partizan, 02-03), ya que Spic había llegado a Belgrado antes de la Segunda Guerra Mundial y era considerado como un yugoslavo más. Se da la circunstancia de que en la actualidad ambos clubs tienen en sus banquillos a entrenadores foráneos: el italiano Walter Zenga (Estrella Roja) y el alemán Jürgen Röber (Partizan). El clásico disputado el pasado 15 de octubre fue el primero en el que ambos equipos contaban con técnicos extranjeros.
Fiesta popular
El ‘derby eterno’, como se le conoce popularmente, siempre ha sido una fiesta para el fútbol serbio. Los seguidores de ambos bandos llegaban a la capital desde los lugares mas lejanos del país para verlo en directo. La mejor asistencia se dio el 12 de mayo de 1968 cuando más de 90.000 almas se reunieron en ‘el pequeño Maracaná’. Aquello ya es historia y, hoy en día, el clásico ha perdido algo de pasión y no siempre se llenan los estadios. Además, la guerra civil a principios de los 90 y una crisis de la sociedad en todos los aspectos provocó un cambio en el comportamiento de los hinchas que ahora son más violentos. Los dos hechos más tristes de la historia de esta rivalidad se produjeron no hace mucho. En octubre de 1999, un joven seguidor rojiblanco murió en el estadio del Partizan, el antiguo JNA (en la ex Yugoslavia el estadio ‘sepulturero’ usaba las siglas, en serbio, del Ejército) tras recibir el impacto de una bengala lanzada desde el otro bando. Justo un año más tarde, el clásico, celebrado en esa ocasión en el ‘Maracaná’, tuvo que suspenderse por la invasión del césped por parte de seguidores de ambos clubs.
Los duelos entre Partizan y Estrella Roja siempre son un espectáculo y nunca se puede dar un favorito a priori. Las jugadas que se producen en estos choques quedan como leyendas en la retina de los seguidores, que después las usan en sus burlas al bando contrario. En este sentido, los ‘sepultureros’ se vanaglorian de la participación en la Liga de Campeones 02-03 o sus victorias por 7-1 y 6-1.
Por su parte, los rojiblancos sacan a relucir su triunfo en la Copa de Europa de 1991 y su mejor balance en títulos y enfrentamientos directos. Los hinchas del ‘Maracaná’ también recuerdan el gol que Dragan Stojkovic marcó directamente desde el córner el 3 de abril de 1988 (1-1) o el famoso tanto de Milos Sestic, que le robó el balón al portero Petar Borota en 1978 (3-1).
Igualmente, el nacionalismo tiene un papel importante en las eternas discusiones sobre quién de los dos es el mejor. La presencia de croatas, musulmanes y albaneses a lo largo de la historia del Partizan es otro motivo de broma para los ´cigani´.




